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Adolescentes desafiantes
Peggys Pino /Estudiante de Psicología Universidad de Panamá / Cuando escuchamos hablar de problemas en adolescentes, lo más común es pensar en la rebeldía, que se caracteriza por la típica desobediencia a los padres o a cualquier otra persona que represente una autoridad, los malos gestos y palabras e incluso, la manifestación de cierto rencor y desprecio hacia cualquier fuente de disciplina.En la escuela, esta actitud rebelde adolescente se caracteriza por el incumplimiento de deberes escolares, expresión de malas conductas como irrespeto a los profesores y compañeros, fuga de clases y en ocasiones, actos delictivos, como posesión de drogas o armas de fuego.Son muchos los educadores, quienes solicitan un apoyo para afrontar esta situación, pues muchas veces, se sienten incompetentes ante la problemática que cada día parece ser más común en los colegios actuales.Algunos consejos incluyen que si la actitud del estudiante raya en lo extremo de lo intolerable, es necesario que el profesor busque la orientación del psicólogo de planta, con el objetivo de investigar y conocer qué factores pueden estar ocasionando que el estudiante se comporte de la manera en que lo hace.En ciertos casos, puede deberse a problemas familiares, un duelo no superado e inclusive, la administración de fármacos bajo receta médica.Es preciso hablar personalmente con el estudiante.La mayoría de las veces, lo que necesitan es alguien que los escuche y entienda.Puede comprenderse que el ánimo de querer conversar con un estudiante problemático no sea el adecuado; sin embargo, se debe tratar de ser lo más objetivo posible para entender lo que puede estar pasando.Integrarlos al grupoSe da el caso, a veces, que muchos alumnos problemáticos buscan llamar la atención de los demás por medio de las malas conductas.Los maestros caen en estos juegos y terminan reforzando a niveles altos el hecho de que siga comportándose inadecuadamente.En vez de esto, lo ideal es proponerle la realización de tareas que lo hagan sentir parte del grupo.Recordemos que, generalmente, estos estudiantes son desplazados por los demás compañeros.Es importante que el profesor jamás pierda el don de mando delante del estudiante.Debe hablarle fuerte cuando lo amerite y reconocerle logros cuando sea el caso.La motivación es fundamental, así como el entrenamiento en habilidades sociales: saludar a los demás, llamar a otros por sus nombres en vez de apodos, entre otros.Resalte las virtudes del alumno y plantéele mejoras para la corrección de defectos.Hacer ver al mismo que un profesor puede ser una persona en quien confiar y no solamente alguien que solo sabe regañar.Recuerde que a veces estas conductas son normales, propias de la etapa de la adolescencia, período donde las influencias del medio chocan con sus pensamientos y sentimientos internos (desde los 12 hasta los 18 años aproximadamente).
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