Algunos padres acostumbran bañarse con sus hijos como una manera de compartir tiempo con ellos y hasta de divertirse, pero aunque se realice con la mejor intención y con gran inocencia, hay que poner algunos límites.
Sobre el tema, la psicóloga Andrea V. Jara, quien atiende en los Consultorios Royal Center y es miembro de la Fundación Relaciones Sanas, explica que "en la clínica recomiendo que los niños no se bañen con los padres por diferentes razones". Es importante enseñarles a los niños, desde temprano, algunos límites. Así como se les enseña que ellos tienen su cuarto en el que deben dormir y que el cuarto de los papás es el espacio de la pareja, es importante enseñarles que las partes privadas solo se deben compartir con una persona de confianza cuando necesiten ayuda para vestirse, para limpiarse o por razones médicas, indica Jara.
"Debo recalcar que es primordial enseñarles a los niños a sentirse cómodos con sus cuerpos y a reconocer que los mismos son valiosos y que no hay nada malo ni sucio en ellos, pero existen otras maneras de hacerlo. Por ejemplo, cuando les enseñamos a cuidar su cuerpo, a arreglarse y a descubrir habilidades que pueden desarrollar con ellos, estamos enviando este mensaje".
