"Voy a morir, me voy a morir", este pensamiento lo atormentaba sin piedad día y noche, pues el portero panameño Iván Picart, de 23 años, sintió y pensó que era el fin de sus días sobre la tierra.
"Por mi mente pasó muchas veces que iba a morir y tenía bastante temor, pero siempre conté con la voz de aliento de mi familia, me decían que si estaba con Dios, no me iba a pasar nada", reveló a día a día Picart, desde un cómodo sillón de Auto Centro, lugar donde actualmente trabaja.
De esta situación ya hace tres años, cuando tuvo que abandonar lo que más le apasionaba: jugar fútbol, luego de que le diagnosticaron que su cuerpo estaba perdiendo proteínas.
Y fue tanto el temor ante este dictamen, que consideró que no tenía oportunidad de librarse de aquella extraña enfermedad.
"Pensar que iba a morir fue una de las cosas que más me hizo caer en depresión. Era un pensamiento que no salía de mi mente y tuve que sacarlo, porque si seguía así, de verdad que me iba a ir", expresó, y agregó: "fue difícil porque amo el fútbol y tuve que abandonarlo por decisión del doctor; eso me deprimió y a raíz de eso tuve que asistir a un tratamiento psicológico; fue una de las opciones que tomó mi familia para ayudarme", dijo.
Esta condición afectó hasta su autoestima.
"Al principio no salía de mi cuarto, porque cada vez me veía más delgado y me sentía 'debilucho', debido a que estaba perdiendo demasiado peso y empezó a darme pena mi aspecto físico, la gente me lo decía y más me afectaba", señaló.
Sus conocidos murmuraron y especularon sobre su condición de salud.
"Mucha gente me puso enfermedades que ni tenía; dijeron que tenía lupus , que tenía alguna enfermedad en la sangre y otras cosas", señaló.
El tiempo de tratamiento y de recuperación ha sido una eternidad para este guerrero, que supo levantarse de esta situación.
"Ha sido un proceso bastante largo y tuve momentos en que no paraba de llorar", sostuvo.
Su mejoría dependió de cambiar su alimentación, su mayor reto.
"Tengo una alimentación balanceada para poder regresar a la cancha y la tendré para cuando regrese. Fue difícil porque era 'comelón' y comía demasiada grasa, has ta en la madrugada me levantaba a comer frituras, pero tuve que parar para seguir viviendo".
Picart siguió al pie de la letra el tratamiento y pronto se acerca al final del túnel.
"Ahora que veo cerca mi regreso a las canchas, me siento contento, gracias a Dios que me ha dado una nueva oportunidad. En octubre tengo la cita en la que el doctor me confirmará si puedo volver a jugar", manifestó.
El doctor me dijo que tenía pérdida de proteínas, pero gracias a Dios me lo detectaron a tiempo.
Estuve en un tratamiento de dos años y medio, que me afectó el estómago; estuve mal con la gastritis y perdí el doble del peso que estaba perdiendo; estuve mal en ese proceso, pero ya recuperé el peso perdido.
Señaló que comprará todo nuevo para su regreso.