Hace 15 años monseñor Rómulo Emiliani salió de Panamá, por su propia seguridad, ante las amenazas de grupos armados que se oponían a su labor como vicario en la provincia de Darién.
Luego de 28 años de servicio episcopal y casi 40 años de sacerdocio, dio a conocer su renuncia al oficio de obispo auxiliar de San Pedro Sula en Honduras, donde trabajó con las maras y grupos pandilleros, lidiando con múltiples conflictos sociales.
"Me dedico a una renovación profunda, espiritual y humana para dar lo mejor en esta última etapa pastoral de mi vida y reorganizaré toda mi actividad desde la comunión plena con la Santa Sede y lo que el Señor me pida", afirmó.
Se conoció que la renuncia fue aceptada por el papa Francisco, mientras que Monseñor José Domingo Ulloa, arzobispo de Panamá, dijo que se pondría en contacto con Emiliani para conocer los motivos de la renuncia; elogió su trabajo en Panamá y Honduras.
Y es que tanto en Panamá como Honduras se enfrentó a los grupos criminales, solo para hacer su trabajo y lograr mejorar los conflictos. Así como se adentró en cárceles incluso en Costa Rica buscando la rehabilitación y conversión de los reos.