Cuando los primeros rayos del sol caen sobre el histórico y antiguo Parque de Santa Ana, no son las aves las primeras que llegan a dar voces del amanecer, sino los conocidos "abuelos" o adultos mayores que han hecho de sus bancas un hogar durante el día.
No van para alguna actividad formal, solo al parque; pero muchos visten de camisa y pantalón de tela, y sus zapatos de vestir, la costumbre es leer el periódico, comprarse un cigarrillo y hablar de todo lo noticioso del día.
"¡Jooo, a este presidente le falta calle... estamos llenos de extranjeros, hasta al parque llegan a joder", exclama uno de ellos. A él se le acerca una mujer cerca de 60 años con un supuesto interés de conversar, pero al final termina pidiéndole $0.50 para comprar un cigarrillo.
En otro lado, dos discuten sobre por qué las mujeres se ponen "tetas" grandes y "nalgas" de mentira; uno dice que se ven muy bien, que antes las mujeres feas no tenía cómo arreglarse; el otro que no parecía tan viejo, quizá de 45 años, le comentó, las prefiero "chuplecas", pero naturales.
Con 75 años, Manuel Rodríguez, dijo que es una tradición de muchos llegar un rato al parque, así se olvidan del encierro en sus casas y que la vejez les está pasando factura; algunos llegan a "beber o a fumar", pero otros solo a conversar. Aunque hizo énfasis que eso es hasta las 6:00 p.m., pues se cuenta que de noche el lugar tiene presencia paranormal y es centro de delincuencia.
El corregimiento de Santa Ana, con su oferta de bares, restaurantes y edificios históricos, está en proceso de cambio y es parte del reordenamiento urbano.
Este proyecto, cuya inversión es de $9.9 millones, se ejecutará en dos fases.
EL OBJETIVO ES QUE ESTA ÁREA SE CONVIERTA EN UN ESPACIO DE SANA CONVIVENCIA.