Hoy se conmemora el Día de los Difuntos en Panamá. Cada 2 de noviembre las personas van a visitar las tumbas en las que descansan los restos de sus seres queridos. Muchos van y aprovechan esta oportunidad para limpiar y dejar algunas flores en memoria de su abuelo, abuela, padre, madre, hermano, hijo, o amigo que ya dejó esta vida.
Debemos recodar siempre a esos seres que por alguna u otra razón no están con nosotros y la mejor manera de hacerlo es con las enseñanzas que no han dejado.
Para ese día, en mi tierra, Veraguas, y en especial del lugar de donde vengo, tenemos la tradición de ir muy temprano al cementerio, reunirnos en comunidad y rezar el rosario a los muertos. Está prohibida la venta de licores, el trabajo agricultor, el baile, silbar, la música; esta es nuestra forma de respetar a los difuntos... con el mito de que si haces esas cosas los muertos te pueden asustar o halar las patas, como le decimos en buen panameño.
En la iglesia católica, para la conmemoración de los difuntos fieles la celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado (confesión), no pueden alcanzar la visión beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa.
Algunas recomendaciones que les doy para este día es que si utilizas flores naturales es necesario que llenes los floreros con tierra, verifica que tengan desagües para evitar que se acumule el agua y con ello prolifere los mosquitos. Utiliza flores artificiales preferiblemente y deshierba áreas de tumbas.