Hay mucha gente que sin duda ha escuchado hablar a otros acerca de si es bueno o no celebrar Halloween, se trata de un debate entre creyentes y no creyentes o semi-creyentes.
Es curioso cómo a través de los siglos las fiestas cristianas y buenas, se han ido transformando en fiestas paganas, como por ejemplo la Navidad y las fiestas patronales, donde se ha dejado en segundo plano lo verdaderamente importante y se le da más importancia al consumismo y al jolgorio en la calle...
Investigando y tomando una nota que salió hace un tiempo en una página oficial de El Vaticano, en el Halloween pasa parecido. Halloween significa "All hallow's eve", palabra que proviene del inglés antiguo, y que significa "víspera de todos los santos", ya que se refiere a la noche del 31 de octubre, víspera de la Fiesta de Todos los Santos.
Sin embargo, la antigua costumbre anglosajona le ha robado su estricto sentido religioso para celebrar en su lugar la noche del terror, de las brujas y los fantasmas. Halloween marca un retorno al antiguo paganismo, tendencia que se ha propagado también entre los pueblos hispanos. Me pregunto yo, como católico, ¿quién está detrás de todo esto? ¿Quién desea que la gente no crea en Dios y prefiere que se exalte la muerte y la venganza?
Estas dos últimas preguntas se las hago a los que creen en Dios... y a aquellos que no lo hacen, les pregunto lo siguiente: ¿Qué experiencia moral queda en el niño que para "divertirse" ha usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y la violencia, sobre todo, cuando la televisión y el cine identifican estos disfraces con personajes contrarios a la sana moral y a los valores? ¿Cómo pueden justificar los padres de una familia que sus hijos, el día de Halloween hagan daño o bromas a las propiedades ajenas a cambio de que les den golosinas? ¿No seríamos totalmente incongruentes con la educación que hemos venido proponiendo en la cual se debe respetar a los demás y que las travesuras o maldades no son buenas? ¿No sería esto aceptar que por lo menos, una vez al año se puede hacer el mal al prójimo?
Termino esta nota diciendo que no todo lo que parece sano e inocente lo es, participar del Halloween es participar de lo contrario a la vida, es contribuir a que la sociedad y especialmente los niños crezcan pensando en que lo malo es bueno.