Son parte del folclor panameño. Para los campesinos, las carretas eran de gran valor porque, con ellas, realizaban sus faenas diarias. En las carretas, transportaban sus productos o herramientas de trabajo, llevaban los enfermos, iban de paseo, buscaban leña para cocinar, tierra y piedra para nivelar los terrenos y levantar sus viviendas, entre otras actividades que eran parte del desenvolvimiento de la comunidad.
La carreta cumplió su papel como medio de transporte en el siglo XIX y se intensificó en el siglo XX, explicó la folclorista Norma de Testa.
El uso de este instrumento rudimentario fue disminuyendo a medida que el progreso y la tecnología iban llegando a los pueblos.
Hoy, en algunos pueblos del interior del país, han desaparecido y en otros están en vía de extinción, ya que han sido remplazadas por otros medios de transportes modernos.
Su origen:
La profesora Norma de Testa señaló que las carretas son de origen europeo y muy usadas en América.
La confección de la carreta panameña es sencilla. Es un cajón de madera duro y resistente, cerrado a los lados con barandal. Y a los extremos es abierta, pero con la diferencia de que la parte trasera tiene un barandal que es movible e impide que la carga se salga. Sus ruedas son grandes y de metal; los radios de madera. En la parte delantera lleva una madera larga que sirve para sujetar a los bueyes amarrados sobre la nuca, con una correa de cuero.
Para poder halar la carreta, l os bueyes tenían que ser muy fornidos; había que domarlos y se les enseñaban a halarla.
Hoy, las carretas se adornan con flores; se pasean reinas y se pueden apreciar en los desfiles en el interior, en las fiestas patronales y en desfiles patrios, aunque ahora muchos las usan con neumáticos de autos.