Hace poco escuchaba la sorpresiva noticia del aumento en la venta de chances y billetes... Pero, ¿en realidad me creen si les digo que fue sorpresiva?
He visto, con algo de espanto, los lugares donde se ubican los billeteros, abarrotados de personas buscando una o varias fracciones. Filas, incluso minutos antes del sorteo y me ha llamado la atención, no sé si porque antes no me percataba o es que en realidad hay mas gente buscando estar en la jugada. Ya, de hecho, no escucho tantas quejas por los incómodos billetes casados, con rifas o "one two", como si el comprador se resignara a que tiene que ser así y mejor lo acepto.
Pero ¿a qué podría deberse tanto auge en esta actividad, si para muchos el azar no es de fiar?
Con la situación económica que atraviesan muchos panameños, si no hay formas efectivas de generar más ingresos y el costo de la vida sigue subiendo, ¿qué otra opción hay?
Depositar las esperanzas en el azar, ya no parece una decisión exclusiva de sectores medios bajos o bajos del país, porque me atrevería a asegurar que cada vez hay más profesionales apostando a la suerte. Esa suerte que para algunos, parece haber cambiado. Y es que precisamente es ese sector de la población, el profesional, el que sale todos los días a trabajar para crecer en su ambiente laboral y personal, el que se encuentra más golpeado. Una clase media que parece estar desapareciendo y a la que le tocan más responsabilidades tributarias que encarar. Una clase que no aguanta un impuesto o alza más.
Pero, si las cosas se aprietan para ese sector, ¿qué pasa con los de más abajo, el que trabaja para el día, el que por la naturaleza de su actividad comercial no es sujeto de crédito o que ni siquiera cuenta con ingresos para aspirar a más?
La ludopatía se incrementa en culturas o sistemas de administración que fracasan en darle a sus ciudadanos una repartición equitativa, no solo de las riquezas, sino también del recaudo. Hay quienes prefieren no percibir aumentos salariales porque los impuestos parecen merecerlos, o sea que les aumentan para pagar más impuestos, ¿irónico verdad? La solución, en ciertos casos, es apostar a la suerte. Buscan la probabilidad como alternativa para resolver sus necesidades o compromisos y es cuando se enfrentan a un problema mucho mayor.
Es típico escuchar las recomendaciones de los expertos economistas y asesores financieros, de ajustar todo a los ingresos, o sea arroparse hasta donde la manta dé, pero cuánto es posible si se vive de ajuste en ajuste, no por la adquisición de nuevos compromisos, sino porque los que ya existen se van inflando. Ahí la recomendación no es tan fácil de poner en práctica.
En una reflexión, de esas que hacen los expertos en conducta humana, será interesante relacionar las reacciones y forma de enfrentar las necesidades, con la frustración, o sea cuando alguien decide quitarse la vida o robar. Pero de todo, lo menos malo, sin lugar a dudas, es seguir apostando a la suerte.
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"Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz." Benito Juárez