Yo no puedo, por principios profesionales, dejar de aplaudirle a los equipos de TVN, Telemetro y RCM el haber estado casi de manera ininterrumpida transmitiendo, y desde muy temprano, todo lo que pasaba adentro, afuera y al lado de la Asamblea Nacional. Inclusive hasta aunque no me guste nada-nada lo que hacen- a la gente que sale en Plus 35 el haberle permitido a su audiencia ver su versión de todo lo que aconteció estos dos días.
Para nadie que haya reporteado es un secreto lo difícil que es cubrir manifestaciones violentas donde se tiene no solo que informar, también cuidar. Las condiciones de este tipo de coberturas siempre son adversas a los medios porque, cualquiera de los bandos en conflicto, se siente mediaticamente, menos apoyado que el otro. Siempre ha sido así.
Conociendo eso, la función de un reportero que representa a una marca informativa es la de informar sin pasiones. Sí, es difícil, a veces hasta injusto, pero su función es informar sin tomar partido ni a favor ni en contra. Lo que ayer vimos en algunos, no en todos, fue profesionalmente vergonzoso. A mi me tocó ver a periodistas en las móviles acusando de salvajes a los policías. Escuché a periodistas casi aplaudirle a políticos, sindicalistas o manifestantes. Escuché a reporteros querer ser ellos más noticia que la noticia. A seudo periodistas defender lo indefendible, inclusive aplaudir la represión policial y hasta acusar a los manifestantes de maleantes. Varios dejaron de ser periodistas para convertirse en un manifestante más y eso se convierte en información contaminada. Eso no es periodismo puro.
Y no, no estoy diciendo que los colegas deban aguantar que los golpeen y quedarse como estatuas, &162;no!, lo que quiero expresar es que la audiencia merece respeto y ese respeto se traduce en informar sin posiciones de ninguna clase. Sobran ejemplos de colegas que se han enfrentado a coberturas difíciles y han mantenido la postura. ¿Recuerdo a Irene Hernández de TVN cuando hace años cubriendo una manifestación las bombas le caían casi encima y el seguía informando sin venderse como víctima? ¿Recuerda a Gaby Gnazzo, Lissette Condasín, Celiano Fonseca, Mayela Lloyd, Alfonso Fraguela, Jenia Nenzen o Atenógenes Rodríguez cuando se limitaban solo a leer sin opinar? También me vienen a la mente el trabajo, "en ese entonces", aclaro, de varios reporteros como Alexandra Ciniglio, MirnaOrtega, Juan Francisco Galdames, Álvaro Alvarado, Marco Castillo, Luis Botello, Marisol Velasco, José Escobar, Ciro Ortega, Mara Rivera o Luis Polo Roa, entre muchos otros, que salían a reportear, que hacían móviles donde informaban. Punto.
Las nuevas generaciones y varios de los viejos deben aprender y recordar, respectivamente, aquellos tiempos donde el periodista se limitaba a cubrir el hecho, reportarlo. Volver a ser ese profesional de credibilidad que informaba con balance y sus legítimas inclinaciones las dejaba para fuera de pantalla. Urge que recordemos que hacemos periodismo no entretenimiento. Que los protagonistas de las noticias no somos nosotros y que periodismo es el arte de informar, ni más ni menos que eso, sea cual sea el escenario.