No es nada nuevo que en los últimos tres días, algunos panameños perdieron los cabales e hicieron cosas de las que hoy deben estar arrepentidos, pues todo el que fue testigo de su despelote, emitirá algún comentario cuando lo vea. Bueno, se dejaron llevar por el dios Momo y esos son los resultados. No está mal salir a divertirse, pero esto debe llevar un control. No hay por qué incurrir en el desenfreno o libertinaje. Si son adultos, les toca reflexionar y trabajar sobre su falla, la vida continúa.
Qué les puedo decir de aquellos jovencitos que pidieron permiso a sus padres para ir a Carnavalear, y han perdido hasta el apellido. Ustedes saben a qué me refiero. Estimado papá, no nos quejemos. Los responsables de sus hijos son ustedes, y si no quieren que pasen estas cosas, entonces pónganse bien los pantalones.