Lanzaré un primer hachazo disfrazado de pregunta: ¿En qué benefició a Panamá que el director y subdirector del Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) hayan viajado a Jamaica, para ver el arranque de la Roja en las eliminatorias mundialistas Rusia 2018?
Les respondo: en nada. Si esto no es una sinvergüenzura, entonces díganme qué es. Y todavía el director general de Pandeportes, Roberto Bob Arango, sale reído con los jugadores en varias fotos que circularon en las redes sociales, con la pura intención de ganar taquilla.
Más respeto para el pueblo, señor director.
¿Y Rolo?
Les aclaro que no se trata del que canta en el Comando Tiburón, sino del subdirector general de Pandeportes, Rolando González.
Todos sabemos de su pasión por el fútbol y de su amor a la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut), pero aunque sea disimule, para que los otros deportes no sientan envidia.
Ahora es que entiendo la razón por la que los presidentes de otras disciplinas deportivas en Panamá se quejan de que el fútbol es el niño consentido.
¡Qué bárbaro!
Y en la última metida de pata de la Fepafut, aún no puedo entender cómo fue que no reconocieron al Monseñor de Panamá José Domingo Ulloa.
Increíblemente, a Ulloa lo hicieron esperar en la puerta, a pesar de que era un invitado de honor para el partido entre Panamá y Costa Rica.
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