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El Ciruelo abre sus puertas de jueves a domingo. En días de fiestas y Carnavales abre todos los días. Lo mejor de todo es que los precios de los menús son bastantes asequibles para quienes se detienen a disfrutar de un buen plato de comida.
El secreto está en el sabor. El que ha visitado la provincia de Los Santos y no ha comido en la fonda El Ciruelo no sabe de lo que se está perdiendo, pues allí preparan los más deliciosos platos de la campiña interiorana. Ubicada en El Egido, específicamente a orillas de la vía que conduce hacia Las Tablas, esta singular fonda tiene una característica que la hace diferente a cualquier otra. Lo primero es que se vende comida interiorana hecha con leña y en fogón.
En 1970, El Ciruelo comenzó muy lentamente de la mano de su fundadora, Antonia Pérez (q.e.p.d.); tres años después el negocio arrancó con fuerza y de manera más formal, era el año de 1973 cuando se suma Yolanda Pérez (q.e.p.d.). Ambas hermanas nunca se imaginaron que 43 años después El Ciruelo se convertiría en una de las fondas más famosas de Los Santos. Tampoco que estuviera a punto de desaparecer por la ampliación a cuatro carriles de la vía Divisa-Chitré-Las Tablas.
Esta situación mantiene muy preocupadas a las 23 personas que dependen directamente de la fonda a la que se le dio el nombre de El Ciruelo por la cantidad de árboles de esta fruta que había en el terreno donde se levantó; en la actualidad, solo hay dos árboles de ciruelas, pero los empleados luchan para que no desaparezcan.
Briseida Sáez, administradora de El Ciruelo, explicó que por el ensanche de la carretera tienen que correrse hacia atrás. Además, los trabajos se llevarán la mitad de la fonda, por lo que solo esperan que los 44 mil dólares de indemnización que iban a recibir del Gobierno les sean entregados cuanto antes, pues tienen dos años de haber firmado todos los papeles, pero el cheque no llega.
Agregó que la carretera está tan cerca de la fonda que ya tres carros han impactado en ella, uno derribó el letrero que tenía escrito el nombre del local. Es por este tipo de accidentes que Sáez espera con ansias el dinero de la compensación económica, ya que no cuenta con capital para los trabajos que implican construir el local más alejado de la carretera.
Todos los trabajadores que dependen de la famosa fonda y que tienen años laborando allí esperan no tener que ver el día en que no les quede de otra que cerrar sus puertas para darle paso a la carretera. Si eso ocurre, los fogones de El Ciruelo se apagarán para siempre y con ellos se irán el sancocho y los macarrones con gallina de patio. También las torrejas de maíz nuevo, las tortillas, la lechona y todas las delicias a las que la leña de nance o agallo les dan ese toque especial que hace que cientos de personas se detengan a comer en la fonda El Ciruelo.
