Quedó en las mismas de antes. Después de esperar por minutos en la parada la llegada del metrobús, María García deseaba tener un viaje cómodo, seguro y confiable, tal y como dice el lema de este transporte, pero curiosamente, en el bus que abordó, había pasajeros con paquetes, maletas y hasta unos pollitos que llevaba una señora.
Se supone que esta práctica estaba prohibida, cuestionó García, quien cuando se disponía a echar un sueñito, de repente sucedió lo inesperado. Muy buenas tardes, damas y caballeros, mi intención no es molestarlos ni mucho menos incomodarlos, pregonaba un vendedor a toda boca para vender pastillas y demás burundangas.
De acuerdo con las autoridades, esta práctica, muy común dentro de los diablo rojos, iba a quedar prohibida en el nuevo sistema de transporte, pero a un año y ocho meses del cambio del transporte colectivo en la ciudad capital, los vendedores siguen subiendo, y hasta tienen su tarjeta que les permite subirse una vez y viajar gratis en los otros buses.
DIAaDIA consultó a la empresa Mi Bus, encargada del nuevo servicio de transporte, cuyos voceros aseguraron que realizarán las inspecciones correspondientes para evitar que la situación se siga presentando.