@DiaaDia
El Calypso, el mítico barco que sirvió durante años al comandante Jacques-Yves Cousteau como base para sus exploraciones oceanográficas, afronta hoy una última odisea, esta vez ante los tribunales, donde se dirime su futuro entre la reconversión en museo o la desaparición.
Prácticamente abandonado durante años en un muelle del puerto de Concarneau, en la costa bretona del noroeste francés, su futuro pende de un hilo.
Sus propietarios, la fundación Équipe Cousteau de la segunda esposa del marino, debían poner sobre la mesa 282,154 dólares antes de la medianoche de ayer.
De lo contrario, el barco, o lo que queda de él, pasará a pertenecer a los astilleros Piriou, que lo albergan desde 2007 en uno de sus muelles, donde el óxido, la vegetación y el salitre están convirtiendo el buque en chatarra.
La decisión definitiva será conocida hoy, cuando el Tribunal de Apelación de Rennes dictamine sobre la propiedad del mítico Calypso desde el que Cousteau y sus buceadores dieron a conocer al mundo entero las maravillas de los fondos marinos.
Será un capítulo importante en la peripecia de un barco que ha alimentado la fantasía de muchos jóvenes y niños.