Dinámicos, como la vida, son los propósitos, así que estos, como aquella, están propensos a cambiar de un momento a otro. Pueden sufrir pequeñas mutaciones o transformaciones profundas. Pueden desvanecerse y morir súbitamente o, por el contrario, perdurar en el tiempo.
Mi propósito para este año no será ni la fama, ni el poder, ni el dinero, ni viajar a lugares nunca vistos, ni adquirir novedosos artículos innecesarios.
Mi propósito para este nuevo año es vivir, y en la vida encontrar inspiración, inspiración que me incite a caminar, y en mi camino recorrer el sendero que me lleve hasta tu puerta, pues tengo planeado, dejar a la entrada de tu vida, un pequeño mapa que te indique el camino para llegar a mí.
Y si encuentras el camino señalado, mi propósito será recorrer todos los senderos contigo, caminar contigo, inspirarme contigo y vivir contigo, es decir, construir mis propósitos junto a ti.