Tienen fe de que llueva para que la producción del principal alimento de la mitad de la población del país salga con éxito y no deje pérdidas millonarias.
Aunque muchas veces la sequía obliga a abandonar las tierras, el amor por el cultivo se lleva en la sangre, explica Alexander Araúz, de la Asociación de Productores de Arroz de Chiriquí.
Antes de sembrar semillas, es importante dejar la tierra en buen estado.
El proceso comienza con las altas temperaturas del sol, transcurre seis meses entre siembra y cosecha. Solo en esto se van alrededor de $200, si estamos hablando de una hectárea, aseguró Araúz.
Luego vienen las inversiones de las semillas, herbicidas, insecticidas y fertilizantes. Si el tiempo no es bueno, tiene que repetir el procedimiento.
Adujo que si la producción de arroz es bien llevada y no tiene problema, puede producir hasta 140 quintales de arroz, pero si hubo pérdida pueden salir unos 80 quintales.
Para el agricultor Rubén Zeballos, miembro de la Asociación de Productores de Arroz de Veraguas, la siembra de arroz está sujeta a varias situaciones, como el tiempo que varía, las plagas y la intervención del Gobierno, que por su falta de planificación hace compra descontrolada del rubro, cuando está saliendo la producción nacional.
Esto nos pone fuera de competencia porque se sobrecargan los molinos, dijo.
También existe el mecanismo del sistema de riego, aunque la mayoría de los productores son de clase humilde y prefieren implorar a Dios que llueva para sacar adelante su producción.
El productor de Veraguas aplaude esta herramienta, pues piensa que es una producción segura a largo plazo, aunque costosa para el resto de los productores. Aquí se puede ir hasta $6 mil. En los años se va sacando la inversión, pero es una tarea muy dedicada.
Arroz,una inversión arriesgada
Para los productores sembrar arroz no es nada fácil, pues está sujeto a que el clima sea favorable y que no haya plagas.
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Brenda ducreux
- @b_ducreux