Si por un momento las personas cerraran los ojos y solo se dedicaran a escuchar los ruidos de animales emitidos por las bocinas incrustadas en las paredes del Biomuseo o palpar cada una de las esculturas hechas en este lugar, sin duda pensarían que están dentro de una selva panameña, pero muchos millones de años atrás.
Y es que cada uno de los pasillos de este museo mezcla la realidad actual de nuestro país con la historia a través de equipo moderno y un selecto grupo de guías que explica cada uno de los pasillos de este lugar.
El Biomuseo es la primera obra en Latinoamérica y en el trópico, y su creación tiene la misión de contar la historia de cómo el istmo de Panamá surgió del mar, uniendo dos continentes, separando un gran océano en dos y cambiando la biodiversidad del planeta para siempre a través de sus maquetas y exhibiciones que parecen reales.
El museo, de 4,000 metros cuadrados, contiene ocho galerías de exhibición permanente, diseñadas por Bruce Mau Design, además de los espacios principales, el museo incluye un atrio público, un espacio para exhibiciones temporales, una tienda, una cafetería y múltiples exhibiciones exteriores dispuestas en un parque botánico, algunas de ellas se pueden usar de forma gratuita.
Esta estructura de diversos colores y con una forma poco conocida en Panamá, está ubicada en la Calzada de Amador, un área prominente a la entrada del Canal de Panamá en el océano Pacífico.
Desde el Biomuseo que fue creado por Frank Gehry , uno de los arquitectos más relevantes del mundo, se puede observar con claridad el perfil de la ciudad moderna, el Casco Antiguo, el Cerro Ancón y el Puente de las Américas.