Se supone que la Morgue Judicial del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (IMELCF) es un lugar en óptimas condiciones, donde se conservan los restos humanos ligados a una investigación, pero la realidad es otra y actualmente su estructura está a punto del colapso.
Humberto Mas, director del IMELCF, dijo que dentro del presupuesto de inversión, que es de $27.2 millones, se contemplan proyectos de continuidad, como la construcción de una nueva morgue a un costo de $600 mil y se aplicará en mejoras y equipamiento, pero eso solo es una curita que se le coloca por año, ya que la nueva sede es urgente.
Otra morgue que está en crisis es la de La Chorrera, pues allí hay un gran hacinamiento, por lo que se prevé invertir $300 mil en la construcción de una nueva al lado de la actual. Se repararán el área de depósito de cadáveres y las salas de autopsias.
Vidas en riesgos
El personal que transporta los cuerpos a la morgue debe llevar tapaboca, gorro, zapatones y sobretúnica, en caso de que estos no se encuentren en una bolsa para cadáveres. En este último caso, de todos modos debe emplear guantes. Inmediatamente luego del transporte, deben descartarse estas prendas en la papelera de la morgue y debe realizarse un correcto lavado de manos.
El manejo de cadáveres puede implicar riesgos para el trabajador expuesto a ciertos agentes infecciosos, especialmente ante la presencia de fluidos o lesiones abiertas en el cadáver, así como durante la extracción de dispositivos de tipo vías periféricas o centrales y sondas diversas, explicó el epidemiólogo Carlos Cabrera, y si no se toma esto en cuenta, hay peligro para la vida.
Ante esto, Mas aseguró que ellos temen por la bioseguridad del personal que trabaja en el manejo de cadáveres y por la prevención de transmisión de agentes infecciosos, ya que la estructura no es la mejor acondicionada.
Las cifras hablan de su trabajo. Durante el primer trimestre de 2015 se realizaron en enero 309 necropsias, mientras que en febrero fueron 226; sumadas a estas, en el mes de marzo se hicieron 270, lo que indica que la morgue trabaja 24 horas, siete días a la semana realizando dichos procedimientos.
En cuanto a las autopsias, el IMELCF reflejó que la principal causa de muerte fueron los hechos de tránsito con 144 casos, seguidos por armas de fuego con 110. Los demás tienden a disminuir. Se reflejan 263 casos de muertes naturales y 118 de otro tipo.
Carros del Ministerio Público
La falta de una buena flota de vehículos ha hecho que, luego de un hecho fatal se tenga que esperar horas para realizar el levantamiento del cadáver, pues en ocasiones uno solo se maneja en diferentes corregimientos. Tal es el caso de La Chorrera, cuando alguien fallece en Capira, Chame y áreas aledañas, una sola flota tiene que llegar al lugar.
Hacinamiento
La mayoría de los cuerpos abandonados en la morgue son de indigentes, casi nunca los van a reconocer y si lo hacen, no vuelven por ellos. Esto conlleva a una situación de hacinamiento, pues actualmente hay 26 cuerpos en espera de un entierro de solemnidad.
El proceso en estos casos hasta hace tres meses eran los entierros de solemnidad, pero ahora eso se ha detenido por la falta de sitios y otros problemas. La situación aumenta la cantidad de cadáveres en espera, solo en La Chorrera hay siete cuerpos en espera.
La próxima Morgue Judicial de Panamá podría estar ubicada en unos terrenos de Chivo-Chivo, pero esto no se ha concretado.
Aunque sea descabellado, la única oportunidad del IMELCF de tener una mejor función y poder ofrecer un buen servicio al pueblo panameño depende de la decisión del actual gobierno de aprobar o no el presupuesto para 2016.
Mientras esto sucede, los muertos y vivos seguirán aquejando los problemas que confronta tan importante entidad pública.
Morgue Judicial, lenta agonía
Por año, el IMELCF invierte $1 millón 800 mil en reparaciones de la Morgue Judicial, pero esto solo es curita para una herida profunda.
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Yanelis domínguez
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