En el área norte de la ciudad de Panamá, específicamente en el recién creado corregimiento Ernesto Córdoba, se levanta Gonzalillo, una comunidad formada en sus inicios por personas que llegaron de las provincias de Coclé, Veraguas y Chiriquí.
En este apacible lugar vive Aura Pérez, de 66 años, quien es una de sus más destacadas moradoras.
Como buena residente, conoce la historia de su comunidad, que en sus inicios se llamó Pascualillo y tiempo después, El Progreso, por los asentamientos que se daban en la década de 1960.
Finalmente, en 1966 se le puso el nombre de Gonzalillo, se dice que por un señor que se llamaba González, a quien la gente llamaba Gonzalito.
Con mucho esfuerzo la comunidad avanzó y hoy cuenta con escuela, iglesias, una ruta de buses, tiendas, entre otros beneficios.
Esto llena de mucho orgullo a Aura, pues fue parte de ese progreso, ya que antes el agua era de pozo y las calles de polvo.
Ese progreso fue llegando de la mano de Ernesto Córdoba Santos, que en paz descanse, su primer representante. Según Pérez, él fue un hombre que luchó por las tierras de Gonzalillo, por lo que logró que los moradores la compraran a 0.10 el metro cuadrado.
En esos años, el área era bastante boscosa, pero ahora hay muchas barriadas en el corregimiento.
En este pintoresco pueblo educó a sus dos hijas, quienes hoy son todas unas profesionales. Allí también construyó su casa con mucho esfuerzo y en la que hoy disfruta de su vejez y de sus dos nietas.
Esta luchadora mujer le da gracias a Dios por permitirle ser parte del desarrollo de su comunidad y ver cómo avanza poco a poco.
Y es que muy pronto tendrán un segundo ciclo, también tienen una ruta de buses que llega hasta el antiguo súper 99 de la Transístmica.
Pero no hay dudas de que el mayor tesoro de Gonzalillo es su gente, que no duda en abrir su corazón a los visitantes.
