Vestidos coloridos, llaveros y muñecas vestidas con la pollera típica de Panamá, son algunas de las artesanías que realiza Marta Aguirre, de 76 años.
Ya son más de 40 años que Marta lleva confeccionando estos vestidos, con sus únicos instrumentos que son el hilo y la aguja.
Cada uno de los vestidos, hoy día por su edad, le puede tomar hasta 10 días hacerlo, pero no es impedimento para que su esfuerzo siempre sea el máximo y los logre terminar.
Además de confeccionar vestidos, también hace joyería, que es su fuerte, combina ambos para tener un mejor producto que ofrecerle a sus clientes.
Hoy día tiene su puesto de venta frente al supermercado Rey de Chanis, donde siempre aumentan los clientes por las bellezas que confecciona.
Anteriormente, perteneció por 18 años al Centro de Artesanos de Panamá, donde adquirió la mayor parte de su experiencia, logrando así tener su propio negocio.
Su mayor inspiración es su hija, quién tiene una discapacidad y para ella ha sido de gran ayuda para superarse cada día y buscar siempre el sustento para su niña y toda su familia.
Para Marta, fue muy importante el impulso que le dio una amiga para que iniciara su propio negocio, ya que ella veía las artesanías que hacía y le dijo que podía tener mucho futuro si las vendía. Fue allí donde aceptó y decidió colocar su negocio.
No es fácil el trabajo que realizo, porque además de confeccionar mis artesanías tengo que hacer mi papel de mujer, al llegar a la casa tengo que arreglar, cocinar y atender a mis hijos, explicó Marta.
Nunca es tarde para iniciar un negocio del que pueda vivir toda la familia, cuando nos gusta lo que hacemos, no hay nada más importante que terminarlo y sacarle provecho.