De niña Vilma aprendió a hilvanar, a confeccionar trajes con retazos de tela, los sobrecamas de retazos. A los nueve años se decidió por hacer tejido.
Uno de los regalos que le dio su padre a la edad de los 11 años fue una máquina de coser con lo que empezó a confeccionar sus vestidos.
Esta comerciante montó su puesto de venta en la pasada feria Afroantillana, donde los visitantes compraron los vestidos confeccionados por ella, las bisuterías lindas para decorar los vestidos, los muy buscados y gustados sombreros kufi, y otras manualidades con la que ella pasa tiempo diseñándolas para que queden listas.
Vilma dijo que cada creación le toma un tiempo específico que dependerá de lo que el cliente le solicite.
Ella manifestó que se crío en Río Abajo y que es una tradición de la familia que cada uno aprenda a confeccionar los vestidos tradicionales de la etnia negra y los deliciosos platillos. La tradición se ha pasado de generación en generación, dijo Vilma.
Los vestidos ella los vende desde $ 20.00 y los kufi en $ 5.00 y los collares varían de precio. pero están asequibles.
Ella está agradecida con su padre por siempre inculcarle el valor de coser, pues hoy día se gana la vida haciendo esa labor.