EFE
Un tribunal de Papúa Nueva Guinea condenó a 30 años de prisión a un hombre
que asesinó a su tía con un hacha tras acusarla de brujería, informan hoy los
medios locales.
Saku Uki Aiya, de 21 años, fue encontrado culpable de un "brutal, bárbaro y
sin sentido" asesinato tras un juicio de dos días en la corte de Enga, en las
Tierras Altas de la región norte de las nación del Pacífico.
Aiya y dos cómplices, que permanecen en libertad, acudieron en 2010 a la
casa de su tía para ajusticiarla con cuchillos y hachas tras acusarla de la
muerte del hermano menor de Aiya.
El comandante de la policía local, Simon Mek, declaró al diario "The
National" que se trata del primer caso de asesinato relacionado con brujería que
había sido llevado a una corte nacional.
Mek explicó que se informa de muchos casos, pero que raramente llegan a los
tribunales nacionales ya que son juzgados tradicionalmente en las
comunidades.
En Papúa Nueva Guinea, donde está muy extendida la ignorancia y el temor a
los poderes mágicos, existe desde 1971 la Ley de Brujería, que prohíbe realizar
"magia negra o hechizos para causar daño" y permite denunciar, agredir y matar a
las personas acusadas de brujería, aunque estas acusaciones son difíciles de
probar.
Naciones Unidas exigió a principios de mes al Gobierno papuano la
derogación de la Ley de Brujería tras el aumento en la cifra de ejecuciones
extrajudiciales por acusaciones de brujería.
El primer ministro papuano, Peter ONeill, se comprometió a derogarla,
aunque no dio una fecha concreta.
Amnistía Internacional (AI) estima que cada año se producen al menos 150
casos de linchamiento y ajusticiamiento de personas relacionadas con la
hechicería, aunque es probable que el número sea mucho más elevado dado que la
mayoría de las muertes ocurren en áreas aisladas y la mayoría no son
denunciadas.