Redacción web/DIAADIA
El hospital Johns Hopkins de Maryland, en EE.UU debe pagar la suma de 162 millones de dólares a 8,000 mujeres que fueron filmadas por un ginecólogo, mientras este le hacía la respectiva revisión.
La cámara estaba dentro de una pluma que cargaba siempre guindada en su cuello. En la punta del bolígrafo estaba el lente que captaba las partes íntimas de las pacientes.
El doctor Nikita Levy, culpable de los hechos se suicidó luego que un compañero de trabajo lo descubriera y diera aviso a los directivos del hospital.
Luego que las autoridades hicieron las investigaciones se conoció que el occiso tenía en diferentes computadoras de su casa, 1200 vídeos y 140 fotografías guardadas.
"Todas estas mujeres sufrieron un abuso y un grave menoscabo de su imagen por esto"', dijo el abogado de las mujeres, Jonathan Schochor.