Campesinos del norte de Penonomé desde hace más de 12 años luchan por mantener las tradiciones y costumbres de sus comunidades y, por ello, deciden con muchas dificultades, pero con mucho amor, realizar el Festival Nacional del Cucuá todos los años en la apartada comunidad de San Miguel centro del norte de Penonomé.
Se trata del XII Festival Nacional del Cucuá, llamado así porque es en esta comunidad donde se siembra y cuida el árbol cucuá, del que se saca la corteza para confeccionar el vestido del baile cucuá y las diferentes artesanías que los campesinos elaboran para el sustento de sus familias y para dar a conocer que existe esta cultura en Panamá.
Este año, el festival se realizará del 17 al 19 de marzo en la comunidad de San Miguel centro y, aunque con muchas dificultades por el mal estado de la carretera, ellos aseguran que será todo un éxito porque han confirmado agrupaciones de todo el país y las comunidades aledañas que apoyan, al igual que otras provincias.
Yanelis Velázquez tiene 17 años y es quien este año representa al festival, pues es la princesa cucuá, y para ella se trata de un evento muy importante porque los identifica y el resto del mundo los conoce y conoce la cultura que ellos mantienen, pero sobre todo el respeto por la naturaleza, ya que ellos protegen el árbol cucuá, que está en peligro de extinción.
Este evento se realiza en la comunidad, y habrá presentaciones folclóricas, venta de productos agrícolas, concursos de cómo sacar la corteza del árbol cucuá y por supuesto el baile cucuá, que es la danza predilecta en esta comunidad y que forma parte de la vida de cada campesino del área.
Yanelis señala que si la carretera fuera de asfalto, en menos de una hora se llega sin problemas a su comunidad, y quizá esto aumentaría la cantidad de visitantes, sin embargo, siguen esperando porque el proyecto debe construirse este año.
- El festival busca preservar las tradiciones de la región.
- Este año, el festival se realizará del 17 al 19 de marzo.
Para la princesa del festival, esta danza es una ceremonia sagrada que los ancianos pasan de generación en generación.
Se llega en carros 4x4 en unas dos horas, y es un área montañosa y se puede entrar por Penonomé.