Vestidos y alborotados. Yo nunca he vivido esa experiencia, pero debe ser horrible que te dejen vestido y alborotado para ir a una fiesta. Y así debe sentirse ese poco de seudoinfluenciadores. Ese poco de talentos, politiqueros aprovechadores y medios que pretendían tener su momento de gloria con la muy anunciada y cero realizada fiesta en la 24 de Diciembre. Algunos, por su poca capacidad o nulo talento, vieron en ese "virus" su momento para salir de la lama. Esto fue burdo: desde politiqueros hasta marcas. Desde talentos hasta desconocidos. Todos aprovechándose de un momento que a todas luces se veía no tenía ni pie ni cabeza. El tiro les salió por la culata y quedaron como "excitados perdidos en feria" Por decirlo decentemente.
Yo estoy feliz de que esto haya pasado porque en dos columnas anteriores se los manifesté. Estábamos ante un globo inflado por los medios y por gente inflada y, como todo lo inflado se desinfla, ahí están los resultados: cero fiesta el pasado 15 en la 24. "Ahora" cero atención con la protagonista de la supuesta rumba, cero aparición de ella en los noticiarios. Ya la usaron y ella se dejó usar, pero ya no les sirve. La protagonista del "tema viral" no quería gorreros, pero como gozó estar rodeada de varios. Era tal el aprovechamiento que, inclusive, "supuestamente" un canal de televisión pagó los derechos de exclusividad de la protagonista de este "virus de redes" para que solo saliera en sus pantallas. ¡Bár-ba-ros! ¿Qué harán ahora con ella? ¿Congelarla? ¿Convertirla en "anchor" o "host" de esa televisora? ¿Participante de algún mal llamado "show" de realidad? ¿Le crearán un segmento en noticias para también dizque bucear en las alcantarillas o decirnos dónde hay huecos en la calle? ¿En sus "shows" de entretenimiento matutino, vespertino o nocturno? ¿La obligarán a hacer la fiesta de todas formas? ¡¿Qué harán?! Todo lo que sube como palma, baja como coco.
Lo lamentable de esto, que no tiene nada que ver con la protagonista, es, reitero, el poco olfato periodístico en varios medios, el poco o nulo respeto a los contenidos noticiosos, la nula capacidad de análisis de ellos como fuerza informativa, el lamentable desconocimiento de lo que es noticia y de lo que no es noticia por parte de quienes decidieron sacar eso como información y que se traduce en subestimar la inteligencia de las audiencias y, obvio, dejar "al descubierto" cómo la gente sin talento se monta en cualquier hecho que le dé exposición para tener presencia mediática y ahora en redes sociales.
Con esto perdieron todos. Presentadores, seudoinfluenciadores, marcas noticiosas, marcas comerciales y hasta politiqueros porque lo único que fue realmente cierto en todo esto es que todos se aprovecharon de todos. Verlos era como mirar un estanque de pirañas. Fue burdo, fue patético, fue vergonzoso porque nos dice que son capaces de hacer de todo, inclusive usar a un ser humano, por sus ambiciones personales, comerciales y politiqueras.
Pero este caso tiene otra lectura mucho más triste para mí. Panamá para los medios, seudoinfluenciadores, talentos, politiqueros y demás- está ausente de líderes y figuras que muevan las masas en positivo o de otra forma y recurren entonces a lo más fácil: crear personajes globos. Montarse en cualquier cosa momentáneamente popular para sacarle provecho, para sacarle beneficios en popularidad, dinero e imagen-marca.
No dudo que pronto veremos a la protagonista repartiendo bolsas de comida en los barrios populares, visitando asilos para regalar chapas a abuelas bocachas, celebrando una fiesta con "bomba y plena" para niños abandonados o llevando canastillas a una sala de recién paridas en la fecha de la fiesta si es que se realiza, todo en nombre de la solidaridad de medios, marcas, talentos taquilleros, influenciadores y politiqueros, obvio, para limpiar imagen y seguir sacando provecho. Después de estar vestidos y al-bo-ro-ta-dos, no les queda de otra. ¡Confirmado, son unos gorreros!
Yo estoy feliz de que esto haya pasado porque en dos columnas anteriores se los manifesté. Estábamos ante un globo inflado por los medios.