Esta columna puede sonar repetitiva pero no lo es. Obvio tratará sobre la gran final, sí, lea bien, "gran final" de Cuna de Acordeones, para mí como crítico de televisión, el proyecto de concurso musical de mayor impacto de toda la televisión panameña.
Yo no sé usted, pero con la final de Cuna de Acordeones me quedó esa sensación de nostalgia. Esa sensación de querer que no se acabe. Esa sensación de que fue muy corto lo bueno. De querer más y eso solo pasa cuando se tienen proyectos que conectan con las emociones, que atrapan a la audiencia y si a eso le sumas amor por tu país y lo que representan sus tradiciones, el resultado al verlo es un "clic" muy fuerte entre lo que te gusta visualmente, lo que te mueve emocionalmente y lo que estremece patrióticamente. Cunas, como le digo yo, tuvo esos tres ingredientes.
Quizá para muchos, Cuna de Acordeones sea un show más de televisión. Para otros un espacio más del montón que ya existen y quizá muchos ni lo vieron porque no es la música que les gusta o porque es un show de nicho o, peor aún, porque no es un show de porrrrrrquería donde hay nalgas, tetas, chismes, pereques, gritos innecesarios o romances polémicos en nombre del entretenimiento.
Pueda que usted no se conectó con él también porque algunos de los periodistas que cubren el mal llamado espectáculo local no encontraron en él morbo ni asquerosidades ni mala leche ni encueramientos, por ende no gastaron mucha tinta en los impresos ni tiempo aire en las radios o show de televisión para comentar lo bueno de este proyecto. Este es un proyecto demasiado bueno para gastar tiempo en ello, seguro algunos colegas pensaron lamentablemente.
Cuna de Acordeones es la mejor ventana de promoción del folclore en muchas de sus formas y como tal se debe entender y sobre todo aplaudir. Después de 7 años de un vacío de este contenido en televisión regresó a lo grande. Fortalecido, moderno, pero sin perder su esencia y mucho menos su tradicional formato. La audiencia lo recibió bien y sus puntos de ratings fueron superiores a la misma expectativa que el canal de la 12 de octubre tenía para ello y eso me llena de esperanzas.
Me llena de esperanzas porque "Cuna" tiene maravillosas lecturas que van más allá de ratings y de lo que se vio en pantalla. Este año vimos a los más grandes exponentes de la música típica panameña desfilar por ese escenario lo que se traduce en el respeto que estos maestros del acordeón le tienen al proyecto. Vimos a unos jurados estrictos y muy precisos en sus calificaciones, como deben ser para que gane realmente el mejor, no el más popular como pasa en show de música comercial. Vimos y, sobre todo comprobamos, que hay jóvenes, con mucho talento, que le gusta esta música, que sienten y respetan nuestro folclore y ven el show como lo que es, la vitrina perfecta para darse a conocer y ser parte de ese relevo generacional de talentos del acordeón que el país requiere.
Cuna de Acordeones como show de televisión tuvo muchas lecturas, pero su final, muchas más y todas positivas. Partamos de que fue un show de temporada que, a diferencia de otros años, no recorrió el país y eso no se sintió. Su producción supo, inteligentemente, encontrar ese equilibrio entre show comercial y show de nicho para que con solo sintonizarlo no se sintiera la ausencia del recorrido que otros años se hacía por diferentes partes del país.
Convirtieron el estudio Medcom de Curundu en un verdadero toldo y verlo en televisión o ir a estudio como lo hice yo cuatro veces- era literal un baile de toldo igual o mejor que los Bohíos Alegres o en el Royal Yin de Las Tablas lo que te dice que todo estuvo bien pensando, bien estudiado, bien cuidado. Se notaba que detrás de este proyecto había amor por él, pero también gente que sabe.
El casting de los participantes fue tan bueno que era muy difícil desde "el primer toque" definir quién podría ser el campeón y al pasar las semanas los vimos crecer a todos en el arte del acordeón, en el desenvolvimiento escénico, en proyección llegando a una final muy peleada.
¿Pero saben qué es lo que yo le aplaudo de pie a esta producción? Que al verlo semana tras semana en mi ignorancia musical- aprendí mucho sobre nuestra música con la serie de reportajes tan bien investigados y mejor logrados. Ojalá la gente de Telemetro Reporta los reproduzca en noviembre dentro de sus informativos. Ahí tienen una joya.
El regreso de Cuna de Acordeones se aplaude. La final de Cuna de Acordeones fue grande. El tiempo demostrará el aporte de este show al país, sobre todo en tiempos de tantas bazofias musicales. Anótenlo. Felicidades a los involucrados.
periodistas que cubren el mal llamado espectáculo local no encontraron en él morbo ni encueramientos.