Se acabó Calle 7-VIP y de eso tengo que escribir. Tengo que escribir de eso porque con este proyecto Telemetro, a pesar de las chabacanerías que caracterizan al personaje de La One Two y de lo desbocado que es el Sr. Roberto Manos de Piedra Durán tuvimos la oportunidad de ver un show que se podía disfrutar en familia. Un show que estuvo pensado para divertir, entretener y sí, también para morbosear.
Y es que Calle 7 VIP logró lo que pocos logran en televisión: reunir a un grupo de personajes del patio, sacarlos de su permanente zona de confort y, sin dejar de ser ellos, llevarlos a ser personajes de su pantalla, de su show, más allá de las actividades normales por las que se les conoce.
Olvídese de si había cosas evidentemente sobre actuadas, olvídese de las peleas estériles entre varias participantes y olvídese de ese montón de prejuicios que pueda tener por uno u otro de los que ahí participaron. Calle 7 VIP estuvo como producción de televisión, bien lograda. Como formato, no defraudó al original, como concepto, tuvo ritmo y su final estuvo cargada de adrenalina, emoción y diversión.
¿Tuvo errores? Por supuesto que sí y varias fueron las veces que hasta pobre se veía, pero más allá de ello que es imperdonable en una producción estelar de Telemetro, Calle 7 VIP sí tenía gente muy conocida en el país y fuera del país que sí lo convertía en un show con talentos VIP. A mí no me gusta ni un poquito, pero ni un poquito ninguno de los regueseros que en ese show participaron, pero no puedo negar que varios son muy populares en países de Centro y Suramérica y que sus temas están pegados en la radio. A mi no me gusta, ni un poquito la diputada que en ese show participaba, pero por supuesto que era atractivo y hasta morboso verla fuera de su cuadrilátero de la 5 de mayo.
¿Qué quiero decir con esto? Que sí se hizo un buen casting, que sí hubo una mente creativa detrás de este show que pensó fríamente y negoció la participación de talentos de las artes (buenos y malos) del patio. Sumado a ello, el que por trabajo y por su horario de emisión no sabía qué era Calle 7, el original, ahora sí conoce que existe un show de estas características, pero si quiere más sustentación, la per versa, morbosa, malévola y cizañera selección de Roberto Durán y La One Two como capitanes de los equipos fue brillante porque supieron sacarle el provecho a estos personajes que, para bien o para mal, son entrañables para un importante sector de la población que los sigue por empatía o antipatía, pero que nadie puede negarles que son figuras fuertes, populares, atractivas también para los anunciantes porque la gente, aunque sea para destruirlos, los ve.
Calle 7 VIP, cumplió y el reto ahora será superar este casting para una segunda versión. Sugerencia: que sean los mismos capitanes.
Cerrado el capítulo de Calle 7 VIP, no puedo dejar de hacer una crítica al caso del niño abandonado en una letrina porque el manejo de las imágenes perversas que hemos visto de parte de algunas televisoras son deleznables porque no les importó, para nada, sacar en televisión nacional al bebé lleno de excremento.
No fue suficiente, por ejemplo, que en noticias, inicialmente sacaran al niño sucio, donde cualquier buen productor o alguien con olfato y juicio periodístico sabe que con decir que fue abandonado en una letrina, era suficiente, sino que los expertos en todo de Buenos Días, por ejemplo, remataron por más de 10 minutos con esa imagen una y otra vez dando sus seudo cátedras de conocimiento en todo. Sus opiniones magistrales. ¡Por favor!
¡Qué perversos! ¡Qué morbosos! ¡Qué bajo caen por ratings! Señoras, señores, los niños, aunque estén abandonados en una letrina llena de excremento, merecen que se les respete su dignidad. Lo que hicieron es censurable, es bajo e innecesario. Suficiente conmueve saber que un bebé es abandonada, para que rematen entonces con sacarlo lleno de pupú. ¿Qué se ganó con la sobre exposición de la imagen del niño todo lleno de pupú? ¡Ni siquiera ratings!
Esto debe llevarnos a una profunda reflexión de lo que estamos haciendo por ratings. El caso del niño abandonado en una letrina demuestra que por ratings y morbo, hay gente que no le importa, ni un poquito, demostrar que tienen la cabeza llena de eso mismo: pupú. El niño demostró más fuerza que varios talentos de los medios que demostraron debilidad mental. Los que se sientan aludidos, por algo será. ¡Hediondos!