Cansados de promesas

Solo quieren una casa.

Treinta y siete veces ha sido fotografiada la casita de Mayda y su esposo Luis Quintanilla, ubicada en Valle Del Sol, Arraiján, sin embargo, nadie los ha ayudado.

Afirmaron que ministros, diputados, alcaldes y la Defensoría del Pueblo han llegado a su casa para ver la forma en que viven.

Todas estas visitas no han servido de mucho, por lo que están desesperados, pues la casa está a punto de caerles encima.

Lo poquito que gana Luis con su profesión de zapatero, solo les alcanza para comprar la comida.

Su esposa no le puede ayudar, ya que sufre del corazón y tiene un tumor en la cabeza.

Además, tiene una cardiopatía isquémica, episodios depresivos con síntomas psicóticos y retraso mental leve.

Ellos lo único que piden es que las autoridades les construyan una casa digna.