La agonía de Rolando

Están llenos de penurias.

Acostado en su camita y cobijado de pies a cuello, mira hacia lo más alto y trata de deducir las voces de las personas que están a su alrededor.

Este es el contacto más cercano que tiene con sus familiares, pues su ceguera nunca le ha permitido verlos.

Y es que Rolando Jiménez, de cuatro años, ha tenido que pasar por una dura prueba, ya que desde que nació tiene una parálisis severa que no le ha permitido crecer de forma adecuada y hace que sus huesos sean frágiles, no habla, no camina y no ve.

Maritza Jiménez, madre de este niño, dijo que el único alimento de su hijo es una leche especial que debe tomar de cuatro a cinco veces al día, pero a veces están tan escasos de dinero que no tienen para comprársela.

Por ende la sustituyen por otra más barata, pero menos efectiva.

Desde hace algún tiempo en su espaldita se ha formado como una especie de masa y está lleno de ronchas, debido al tiempo que pasa acostado.

DIAaDIA conoció que este niño pasa todo el día con un solo pañal desechable, pues no tienen para más.

No tienen para comerEn la casa de madera, ubicada adentro de la comunidad de Don Bosco en Chilibre, viven 16 personas de las que solo laboran el abuelo de Rolando y su yerno, quienes ganan ocho dólares por día después de una dura jornada laboral en una finca aledaña.

Largo caminoMaritza manifestó que no cuenta con el apoyo del padre de Rolando, quien desapareció tan pronto nació su hijo.

Aseguró que el niño tiene más de un año que no es atendido en ningún hospital, puesto que no tiene dinero para llevarlo, y para salir de su casa hacia la parada más cercana tienen que caminar dos horas y media ya que no pasan los buses y menos los taxis.