Hay que hacerlo de corazón

 Si existe una frase que encaja muy bien en la vida que llevan todos los colaboradores voluntarios en el área de respuesta humanitaria, es: “Si vas a hacer algo, hazlo de buen corazón”. Personas que sacan  de su tiempo diario para apoyar en las funciones comprometedoras   en entidades como el Benemérito Cuerpo de Bomberos de la República de Panamá (BCBRP), y el Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), son la fuerza motora que mueve dichas instituciones. La realidad viviente en este tema es bastante preocupante para las autoridades, pues aunque existen seres humanos de buen corazón, son muy pocos los que se atreven a dar el paso para ser voluntarios. El coronel Gilberto Guerra, comandante primer jefe de la Zona Regional Panamá del BCBRP, comentó que se deben sumar más voluntarios, a pesar de que en esa entidad hay unos 1,200 colaboradores no pagados. Actualmente, en los bomberos hay 15 compañías de voluntarios,  debe haber unas 20 por lo menos. Cada grupo debe tener 40 unidades y tres oficiales principales, solo se cuenta con la mitad de ese personal. En las 11 zonas regionales que hay en el país, solamente tienen 2,500 voluntarios. La mayoría de ellos son personas que superan los 40 años de edad, casi la mitad del total, son muy pocos los jóvenes que aspiran a brindar un apoyo incondicional. Limitaciones Dentro de los principales factores que influyen a que no muchas personas se sumen a las  filas del voluntariado, según conocedores en el tema son: el factor monetario, la situación económica del país, los nombramientos que muchas veces no se dan, llegan otras oportunidades de empleos remunerado y cuando inician sus estudios.  La situación es bastante similar en el  Servicio Nacional de Protección Civil (Sinaproc) pues allí, para la labor constante que hacen se necesita más factor humano. Abdiel Iván Batista, jefe de Capacitación del Sinaproc, manifestó que la mayor fuerza operativa de rescate en la organización son los opcionales. Citando un ejemplo, indicó que en una operación puede haber 700 personas, pero de ese total 650 pueden ser no remuneradas, es decir, que la minoría recibe salario. Actualmente, Sinaproc mantiene entre sus filas de rescate a 2,400 funcionarios voluntarios, mientras que los asalariados están alcanzando unos 60 hombres, de los 300 empleados que tienen en todo el país. Cursos Los voluntarios deben ir cumpliendo  varios cursos que van desde una capacitación compuesta sobre la Ley  7 que faculta al Sinaproc, hasta otras más complejas como preparación para servicio de emergencias, seguridad acuática, comunicación, rescate en selva y demás. Pueden durar entre 40 y 150 horas. Poco a poco se forman para convertirse en técnicos de ciertas áreas. “Para ser un voluntario hay que tener la entrega necesaria para ofrecer el tiempo libre, sin remuneración, a sabiendas de que hay que dejar a la familia muchas veces, hay que hacerlo porque  siente que le gusta”, manifestó Aurelio Alonso Mojica, quien por 28 años brindó su servicio de voluntariado en Sinaproc, hoy es un funcionario contratado por la institución. Hace unos años, recuerda cuando participó por unos diez días en uno de los fuertes sismos de Bocas del Toro.