'Mamá, Dios bendice', le dijo

"Mamá, Dios bendice", son las mismas palabras de fe que siempre Othoniel Shirley, de 13 años, le dice a su madre Yirazel Ríos, antes de irse a la escuela, pero estas no las pudo escuchar ayer de sus labios, porque está postrado en una cama de un hospital.

Él, junto a dos compañeros, todos estudiantes del Centro Básico Residencial Vista Alegre, distrito de Arraiján, resultaron heridos, luego de que un poste de luz les cayera encima, en los estacionamientos de una plaza comercial.

Su madre estaba en casa cuando de pronto, el teléfono sonó para darle la triste noticia, de que Othoniel tuvo un accidente, solo así, y sin claridad de lo que realmente había pasado, la alertó un compañero de su hijo.

En ese momento pasó mucho por su mente, pero Yirazel se vistió y un vecino la llevó directo al hospital Nicolás Solano, en La Chorrera, donde ya la ambulancia lo había trasladado a él y los otros dos jóvenes.

Como su condición era delicada, los especialistas sugirieron que lo trasladaran al Hospital de Especialidades Pediátricas Omar Torrijos Herrera Hepot, ubicado en vía España.

Esa misma noche lo pasaron junto a Ibrahim Forthe, quien recibió el mayor golpe del poste de luz, mientras que Aaron Martínez, el menos afectado, lo dejaron en el hospital Nicolás Solano.

Ayer, en las instalaciones del Hepot, el rostro de Yirazel reflejaba el cansancio de desvelarse y tristeza por lo ocurrido.

Ella bajaba de ver a su niño, quien no reaccionaba bien. "Está soñoliento, me reconoce como mamá, pero se levanta y abre poco los ojos, y vuelve y cae".

Othoniel, de 14 años, es el más pequeño de dos de sus hijos, cursa el segundo año y es un apasionado del fútbol.

Y es que a su corta edad y su buen desenvolvimiento en la cancha, lo llevaron a ser uno de los mejores defensas en el proyecto de la Sub-15 del equipo Árabe Unido del sector oeste, explicó Jorge Santos, director del equipo.

"Es correcto, disciplinado, buen compañero y luchador incansable", dijo conmovido el entrenador, quien junto al equipo lo llevan en oración para su pronta recuperación.

Casi un infierno

Eran pasadas las 6:00 p.m. cuando Liliana Santana, madre de Aaron Martínez, de 13 años, en su rutinario viaje del trabajo a su casa, se convirtió en un infierno por lo ocurrido.

"Tenía muchas llamadas, había tranque, no sabía a quién creerle. Llegué pasadas las 8:00 p.m., preocupada, al hospital Nicolás Solano".

Su hijo no recibió todo el golpe del poste, por una reacción que tuvo de repente y dio pasos atrás. Para su madre, Dios puso su mano en él.

"Tiene golpes en la cabeza y moretones; como está muy nervioso por lo que pasó, él será tratado por un psicólogo", dijo su progenitora, quien reveló que todavía no es el momento de preguntarle qué fue lo que ocurrió.

A pesar de la tristeza por la tragedia, los padres hicieron un llamado de atención a los responsables del incidente, pues así como le sucedió a sus hijos, le pudo ocurrir a cualquiera.

Situación Julio Vega, director médico del Hepot, explicó que el estudiante de 13 años está grave, con una fractura craneal, edema cerebral y contusión pulmonar; mientras que el de 14, presenta un trauma parietal en el lado izquierdo y agitaciones psicomotoras, pero está consciente.