Ups Nalgonas en conflicto

Brenda Ducreux brenda.

ducreux@epasa.

com “Si no tienes bam bam, no te van a mirar".

Eso piensan mujeres panameñas y extranjeras que sueñan con tener el cuerpo curvilíneo de las negras caderonas.

Muchas de ellas han llegado a operarse las nalgas con tal de parecérseles.

Sin embargo, ese estribillo de los Rabanes no toca a quienes contratan personal, pues lo que se observa por el área bancaria de Calle 50 y Marbella en diversos bancos, por ejemplo, es que ni una sola morena caderona trabaja atendiendo al público, a pesar de que hay hermosas y curvilíneas.

Día a día se dedicó a hacer una labor de observación.

Así encontró a Yatzuri Pinzón, una mujer nalgona que estudia Derecho y quien informó que en la vida no le ha ido mal.

Sus nalgas, grandes, redondeadas y perfectas le han hecho que la suerte juegue a su favor.

Es guapa, atrae la atención y los piropos no se hacen esperar.

Sin embargo, sabe de amigas “nalgonas” como ella que son discriminadas, especialmente a la hora de buscar trabajo.

Cuando esto sucede, ella las orienta, pues está convencida de que el mayor problema de la mujer negra es no saber vestir adecuadamente y a la hora de conseguir un empleo eso es importante.

El sociólogo Carlos Cedeño es de la opinión de que las personas han sido influenciadas por los medios de comunicación, que exponen a la mujer con grandes pechos y delgadas como la ideal para actividades de atención al cliente.

Por eso no se observa una mujer oscura y bien dotada de glúteos en puestos de atención al cliente.

Este medio se fue a la caza de morenas caderonas en distintos barrios y ninguna acepta que la han discriminado por ello, sin embargo, todas, sin excepción, dijeron tener amigas a las que sí les ha sucedido cuando van a entrevistas de trabajo.

“Sí, la vamos a llamar”, les dicen quienes contratan, pero por el tono utilizado, ellas saben que no será así.

Para el estadounidense John Sarmiento es contradictorio que esto suceda.

"Yo no ´entiende´ por qué contratan mujeres de otros países o perfectas.

Si en Panamá la mayoría de su población es morena, deben mostrar al mundo lo bonita raza que tiene el país”.

Lo cierto es que él sabe por qué lo dice: La felicidad le llegó cuando conoció a su actual esposa aquí y es de piel morena.

Sobre la posible discriminación laboral, Alberto Alexis, director de operaciones de ManPower (empresa dedicada a la contratación de personal) explicó que los perfiles dependen del tipo de puesto que solicitan sus clientes.

Las empresas locales las contratan casi en un 50% negras o blancas, caderonas o no.

Ropa influyeParadójicamente, las mujeres “chatas” se operan sus glúteos para que se parezcan a los de las morenas caderonas.

VESTIMENTAS DE LAS MORENAS Buscan “look” que se aleje de la negritudAlberto Barrow, director de Panamá Afro y defensor de la etnia negra, no tiene duda de que a mujeres de tez oscura se les selecciona para determinadas áreas laborales.

En muchas empresas hay un diseño en ese sentido, señaló.

A esta mujer no se le encuentra en los puestos principales ni en la recepción.

Según Barrow, siempre procuran que el "look" de las recepcionistas en Panamá sea de mujeres cuya apariencia se aleje de la negritud, que tiene mucho que ver con las caderas grandes y redondeadas.

Dijo que solo basta con encender el televisor y sintonizar cualquiera de los canales locales.

Salvo muy contadas excepciones, casi todas las presentadoras de noticias y anfitrionas de programas poseen un fenotipo y características parecidas o al menos cercanas.

Las que no son rubias, al menos intentan parecerlo.

Esas son las que en mayor número copan nuestras pantallas de televisión, aseguró, aunque tampoco las hay de otras etnias.

mediciónSe midieron los glúteos de al menos cinco mujeres de la avenida Central.

Todas sobrepasaron las 40 pulgadas.

Opinión de un experto Marco A.

Gandásegui: Que las mujeres negras sean nalgonas es una historia que compartimos con los demás pueblos del mundo.

Quizás de manera más estrecha con los países de Nuestra América y el Caribe, en particular.

Los grupos más poderosos de una sociedad le asignan ciertos valores a las relaciones sociales y, especialmente, a ciertos aspectos de nuestras prácticas.

Los demás grupos tienden a someterse a esas costumbres.

Nuestras sociedades le confieren al cuerpo femenino un valor mercantil.

Es decir, el cuerpo es sometido a las reglas de la oferta y la demanda del mercado.

(Algo parecido puede decirse también del cuerpo masculino y sus partes).

¿Cuánto vale una linda cara? Eso lo vemos cuando buscamos empleo.

O buscamos una mejor nota del maestro.

Incluso, lo presenciamos cuando buscamos una pareja.

Tanto hombre como mujer se peinan, se afeitan, se perfuman, se ponen colgajos para atraer al otro sexo.

La moda actual, subrayo el término moda, presiona a la mujer para que destaque esas curvas (depende del ángulo desde el cual se mira, el 'pompis' puede considerarse exagerado o no).

En algunos países, Panamá incluido, tener esas curvas tiene un valor cuando se busca cierto tipo de empleo.

O cuando la mujer busca destacarse en algún grupo.

Incluso, lo presenciamos cuando la mujer busca una pareja o quiere conservar a su pareja.

En el caso del hombre, ocurre algo parecido.

Este tiene que mostrar su musculatura.

Cuando pierde ciertos atributos físicos busca la manera quirúgica de restaurarlos: la cintura, la garganta, la calvicie y un largo etcétera.