La doble moral y la audiencia de clóset

Creo que a nadie o a muy pocos le queda duda de que no tengo dobles discursos.

No soy de esos que come santo y excrementa diablos. Yo sustento y sostengo mis críticas, buena o malas, que son el resultado de análisis de productos al aire, hechos concretos sobre nuestra industria.

Algunas gustan, algunas no. Como todo en la vida.

Inicio con ello porque esta semana, después del anuncio de TVN de quiénes conformarán el staff de "famosos" que participarán en el regreso de "Tu Cara Me Suena" he recibido todo tipo de comunicaciones buscando que yo ataque a TVN por esta producción, por sus participantes, por sus jurados y al proyecto como un todo porque, para ciertos extremistas, este show promociona el homosexualismo, confunde a los menores y un montón de cosas más.

Obvio, yo respeto las opiniones de todos, pero estoy lejos de apoyar esos planteamientos extremistas y hasta doble moralistas.

Siempre lo escribí. El área de caracterización de Tu Cara Me Suena, están lejos de ser muy buenos, a pesar del esfuerzo que hacen por intentar que los participantes se parezcan a los artistas que imitan, sin embargo, como show de temporada para un horario prime time, es entretenido, es familiar, es divertido y sí, gústele a quién le guste, es sano. No es tóxico como otros.

Lo lamento pero, aunque no soy quien para juzgar el actuar de nadie, no puedo aceptar la doble moral de cierto sector de la audiencia o de algunos de mis lectores que esperan yo ataque a TVN por regresar este show o solo porque en él hay hombres que se visten de mujer para caracterizar a un artista, lea bien, caracterizar, o sea hacer un acto actoral; pero esa misma audiencia, esos mismos lectores aplaudieron que existieran bazofias como Big Brother donde vimos y conocimos una probadita, mínima, de lo mal que pueden actuar algunos por dinero, fama, mala fama o exposición mediática.

Pregúntese sin pasiones. Es mejor tener al aire esa porrrrrrquería llena de antivalores como lo fue Big Brother donde Sodoma y Gomorra estaban sueltos en televisión nacional de lunes a viernes y de donde no salió un solo participante que actualmente tenga un proyecto digno en pantalla o es mejor tener a Tu Cara Me Suena que sí es un show familiar, divertido, entretenido y de competencia sana de talentos.

¿Qué prefiere usted? ¿Un show donde, en tiempos de igualdad y tolerancia, un grupo de jurados o críticos trate de denigrar a una persona por su supuesta orientación sexual como pasaba en Big Brother o a un cuerpo de jurados que aunque se le pueda criticar montones de cosas, respetaban a los participantes como pasó en Tu Cara Me Suena?

¿Qué prefieren? Un show que se pueda ver en familia como Tu Cara Me Suena o uno donde tengan que esconder a sus hijos porque a una de las participantes se le ocurrió enseñar una teta, dejar sus nalgas al descubierto –obvio, sabiendo que la estaban viendo- o donde un hombre agredió a una mujer como pasó en Big Brother? Piénselo.

¿Por qué shows tan sanos y familiares como Oye mi Canto, Top Chef Panamá, Cuna de Acordeones no paralizan el país, revientan las redes sociales y son el tema del momento en otros medios o portadas de diarios y sí lo fueron varios shows porrrrrrquerías?

Por usted que me lee. Por su doble moral. Porque también le gusta consumir porrrrrquerías. Porque le gusta el morbo. Porque, de porrrrrrquerías, es audiencia de clóset.

¿Por qué esos que atacan Tu Cara Me Suena no han salido a defender shows positivos y familiares? Porque no les representan exposición mediática. Porque se aprovechan de la porrrrrrquería para exponerse ellos mismos porque también son audiencia de clóset.

Yo sí aplaudo a TVN por esa decisión porque es otra señal de que están tratando de ofrecer entretención familiar después de tanto desastre en su parilla que no solo le costó daño a su imagen, también demandas y tener que pedir disculpas públicas a varios talentos del patio. Yo sí aplaudo, por ahora, el regreso de Tu Cara Me Suena. ¡Bienvenidos!

Dejemos la doble moral. No critique un show familiar. Deje de ser, de porquerrrrrrías, ¡audiencia de clóset!