Nueve años, ¡nueve!

Este mes cumplo nueve años de escribir y publicar en este diario la columna de crítica sobre televisión que denominé 'Aquí y Ahora'.

Desde los inicios se supo que la columna generaría muchas críticas por ser firmada con un seudónimo y porque los talentos de la industrias, los dueños de las televisoras y algún sector de la audiencia no estaba acostumbrado a la crítica pública a su trabajo. Eran como vacas sagradas que nadie podía tocar.

En un país donde no hay famosos, aunque muchos se crean eso de que lo son, la gente que salía en televisión eran, antes del internet, la televisión por cable o las redes sociales los más conocidos del país, no famosos. Ellos recibían, aunque hicieran un trabajo de porrrrrrquería el halago de la mayoría –gracias a Dios no de todos- de los colegas de la prensa escrita.

La mayoría de las notas eran relaciones públicas utilizando el género reportajes, pero muy pocos se atrevían a criticar su talento, sus shows, sus espacios. En eso hay que reconocer que díaadía fue el primero en romper ese patrón de notas complacientes sobre la gente de la mal llamada farándula local. Aquí venían cantantes y sus conciertos eran terriblemente malos y con sonidos pésimos y nadie se atrevía a publicar algo sobre ello, hasta que llegó díaadía inicialmente bajo la dirección de Eduardo Soto, luego Elizabeth Muñoz de Lao y ahora de Shanyda Peñalba.

Esta columna nunca se pensó para destruir reputaciones de marcas y mucho menos a los talentos que dan la cara por los shows y proyectos de temporada, pero sí admito que como principal condición que puse al aceptar hacerla fue que no sería complaciente con nadie, que no aceptaría presiones de nadie, ni internas ni externas a la editora y que se me respetaría mi libertad como crítico sin quitarme ni una sola coma. Nueve años después, así ha sido.

En esa libertad creé "Los Titin Awards a lo Mejor y lo Peor de la Televisión", primera premiación que se hace sobre televisión en el país y que, hasta hoy, sigue despertando ronchas en algunos, pero también el agradecimiento genuino de talentos que saben estar abiertos a la crítica respetuosa sin distinción de marca televisiva, clase social o aspecto físico.

¿He recibido presiones? Yo ninguna y de ninguno y que ni se atrevan, pero sé que las directoras Muñoz de Lao y Peñalba sí, como también las recibió en su momento Luis Trujillo, exeditor de la sección donde publico semanalmente y que recibe actualmente aunque es editor web.

¿He recibido reclamos? ¡Montones!, pero también los han recibido las directoras Muñoz de Lao y Peñalba, como también Luis Trujillo y todo ese montón de "supuestos titines" que han tenido que pagar el precio de que los acusen –y algunos aseguren- que son yo. Recuerdo cuando la directora Muñoz de Lao fue a una reunión en una televisora local y le cayeron casi a "peloneras" por mis críticas. En otra ocasión, en una presentación de tarifas le hicieron casi una "encerrona" entre ejecutivos de medios y de agencias de publicidad para que revelara el nombre del desgraciado ese que los acababa los lunes, miércoles y viernes. La directora Peñalba ha recibido llamadas de reclamos y solicitudes de que yo le baje un poco a mi dureza. El Sr. Trujillo, ha tenido que aguantar, sí, literal, aguantar, ir a coberturas y que le reclamen desde el segundo uno que lo ven entrar por algo que escribí. Reclamos de talentos, de ejecutivos de las televisoras, de cantantes, inclusive de amigos del gremio que cruzaron la acera de periodistas de prensa escrita a talentos de televisión. A ellos solo podía decirles, démosle tiempo al tiempo. Él siempre tiene la razón.

En mi caso los reclamos en 9 años han sido de talentos que no se han visto favorecidos con alguna de mis críticas o que el ego los supera pero se venden como humildes personas a cuadro. He recibido desde insultos en redes como esa de uno que no sabe construir, ni siquiera oralmente, una oración de una línea o de esa que habla de respeto o balance en televisión, pero dice que no tengo bolas. También algunas caras y productores despotrican en sus redes sobre mí para que su versión cibernética de los batallones de la dignidad me atacaran. Pero hay algo que ninguno de ellos me puede quitar en los 9 años: la confianza. La confianza de una audiencia tanto del periódico como en redes sociales que sabe que en este espacio no se recurren a los insultos, a las ofensas ni a la vulgaridad. La confianza de esa audiencia que no cree todo lo que yo escribo, pero la columna lo invita a reflexionar, a ver la televisión de otra forma y a ser más crítico con lo que las televisoras les entregan como "producción". Esa era la misión de la columna, invitar a la crítica del mayor crítico de televisión que hay: la audiencia.

Nueve años después, hoy solo puedo decir gracias a los que confiaron desde el día uno en que este era un espacio serio, responsable y profesional. Gracias a las directoras de díaadía y a Luis Trujillo por aguantar tanto y por el respeto. En esta celebración me quedo con las palabras que me envió por redes uno de los que más me criticó precisamente hace 9 años. "El tiempo se encarga de poner las cosas en su lugar. Felicidades! #9Aniversario demostrando conocimiento y mucha experiencia en los medios. Mis sinceros deseos de que sigas creciendo y evolucionando, Eddy Vásquez". Así será Eddy, así será. ¡Gracias!

 

También algunas caras y productores despotrican en sus redes sobre mí para que su versión cibernética de los batallones de la dignidad me atacaran.