Perder peso es una de las proposiciones más comunes en Año Nuevo. Pero ¿sabías que la mayoría de las personas que se proponen perder peso a inicios de año, pierden la motivación hacia el final de enero? Esto ocurre porque desde el inicio lo que han tenido es un simple deseo, sin un real compromiso hacia cumplir sus metas. Y como no han tenido un compromiso, tampoco tienen una estrategia bien definida para alcanzar lo deseado.
¿Solución? Te sugiero completar estas cinco (5) tareas para que logres perder peso y alcances tus metas en salud en este año 2014:
1. Evalúa tu condición actual y considera exactamente cómo fue que llegaste al peso que ahora tienes.
2. Determina una META, es decir, un objetivo que sea medible, específico, en un tiempo bien delimitado y que sea accesible o realista según tu actual condición.
3. Considerando tu actual condición, establece una estrategia realista; una que vaya acorde con tus recursos y el tiempo que estés dispuesto ahora mismo a invertir en tu META.
4. Haz un contrato contigo mismo(a), un pacto de cumplimiento entre tú y tu META. Es una muy buena idea escribir un contrato, firmarlo y luego colocar dicho contrato en un lugar visible, donde te recuerde de continuo lo que te has propuesto.
5. Contrata a un monitor o fiscalizador del proceso: ya puede ser un amigo o familiar o mejor aún un profesional de salud o un entrenador. Su función será evaluar tu progreso y ayudarte a mantener el norte hacia tu META.
Un último consejo: ¡Disfruta del proceso! No seas tu peor enemigo ni permitas que tu META en cuanto a pérdida de peso sea el enfoque principal de tu vida. En realidad, la META debe ser mantenerte en buena salud integral para vivir una vida plena. Así que deja espacio para días imperfectos e incluso, para disfrutar de la imperfección.
En mi próximo artículo, revisaremos las estrategias específicas de dieta, ejercicios y manejo de emociones que deberás implementar para alcanzar tus METAS. Por ahora, realiza las 5 tareas que te he encomendado y mantén tu compromiso contigo misma(o). Considera que tú eres el mayor benefactor de la inversión que hagas en tu salud.