Las cuadrillas de construcción retornaron ayer al estadio donde será inaugurado el Mundial, cinco días después de que dos trabajadores murieran en un accidente y se agudizaran las interrogantes sobre la preparación de Brasil para ser anfitrión del torneo.
Grupos pequeños de albañiles, trabajadores metalúrgicos y otros acudieron a trabajar al estadio Itaquerao, de São Paulo, ayer.
La constructora Odebrecht suspendió las obras después de que una grúa se desplomara el miércoles.