Los estudios no han demostrado efectos benéficos de la utilización de los medios tecnológicos en menores de dos años, de allí que la Academia Americana de Pediatría no recomienda su utilización en este grupo etario.
Los niños menores de dos años aprenden más de presentaciones en vivo (si las personas interactúan con ellos), que de las televisadas. Para que estos medios tengan utilidad, el niño debe comprender el contenido de los programas y debe tener la capacidad de prestar atención a los mismos.
El desarrollo cognitivo y la habilidad de procesar información no son iguales en menores de dos años.
En mayores de dos años, estos medios son de utilidad si se usan en forma controlada.