Los primeros rayos del sol comienzan a calentar la ciudad de Panamá, pero hoy no es un día cualquiera en el país, pues juega la lotería y muchos panameños salen con las esperanza de que a la 1:00 p.m., cuando juegue el sorteo, sus vidas cambien.
Hay una veintena de tableros cerca de la Plaza Víctor Julio Gutiérrez, sede de la Lotería Nacional de Beneficencia, y como una procesión cristiana, los panameños se pasean lentamente uno detrás de otro delante de los tableros con la intención de escoger un número de los cientos que hay, y que juegue en el primer premio.
Con $10 empuñados en su mano y su vestimenta de funcionaria de una institución cercana, Maritza Argüelles aseguró que todos los sorteos compra las fechas de sus hijos, aunque le vendan el número casa'o.
Con el pasar de las horas, el lugar se vuelve insoportable, pues a las 10:00 a.m, los billeteros se desesperan por vender el tablero completo, para eso usan las tácticas verbales "La pirámide viene por 9 compre el suyo", "venga, chance soltero, los últimos venga se acaban", eso además de las peleas históricas entre compradores y billeteros por la venta de lotería con "one two".
También están los que llegan sin idea de qué comprar y buscan verificar la conocida pirámide de la suerte, que es sacada, según la vendedora Minerva Rivas, con el premio anterior y pega en un 80%, así que a ganar se ha dicho.
La Lotería Nacional de Beneficencia alcanzó durante el último año un total de
$668.5 millones en ventas, lo que representa una entrada de $11.3 millones adicionales.
Hasta junio 2017, las ventas llegaron hasta $668.5 millones, las que se traducen en un aumento de 1.7% con respecto al 2016.