La fiesta electoral se vivió de una manera muy peculiar en distintos sitios del país. Muchas personas, entre ellas mujeres, crearon su propia moda con los suéteres de sus candidatos. Y los combinaban con el tan de moda shortcito blanco.
Tampoco faltaron los pequeñitos de la casa, quienes iban junto con sus padres ataviados de pies a cabeza con el color del partido que sus progenitores apoyaban.
Y si pensaban que se quedarían las mascotas en casa solas mientras sus dueños regresaban de votar, no señores, ellos también fueron a acompañar a sus amos.
Y los adultos también mostraron su creatividad. Día a día se encontró con una señora que lucía una cartera que ella misma había decorado con un cintillo del nombre de su candidato para combinar con el vestuario que llevaba puesto.