- Nigga demostró tener madera de actor.
- Burro acaparó la atención, más que Shrek.
n palabras de la directora del Instituto Nacional de Cultura, María Eugenia Herrera, el musical de Shrek, en cual hasta hoy ocupa el escenario del Teatro Anayansi, en Atlapa, contribuye a forjar sólidas bases en desarrollo cultural del país, con talento 100% panameño.
La producción de Daydream, bajo la dirección artística de Edwin Cedeño, el ogro verde, junto a su inseparable amigo burro y una princesa que busca a su verdadero amor para librarse de un hechizo, acapararon la atención del público desde que se levantó el telón, sumergiéndolo a bosques, pantanos y aldeas de los personajes más conocidos de los cuentos.
Desde Pinocho hasta el Patito Feo, Peter Pan, Tinker Bell, Elfo, conejos y hadas llenaron de música y coreografía el colorido escenario, donde los diálogos en varias ocasiones involucraron a la audiencia, generando respuestas y risas de los niños.
El personaje de burro, con el reto de mantenerse encorvado, logró sobresalir en la trama, más que Shrek. Pero fue notoria la aceptación que el público le manifestó a Lord Farquaad, un pequeño príncipe interpretado por Nigga.