El que sintió por primera vez el dolor de la aguja fue el comediante Hermes Mendoza, quien se tatuó un lobo en el muslo izquierdo. "Honorio" contó que hace rato tenía ganas de hacerse uno, pues le encanta mucho este arte.
Agregó que estuvo hora y media sometido al dolor, pero se tripeó la experiencia. ¡Qué cool!
Fue una experiencia diferente, me dolió mucho, hace rato quería hacerme uno y no se me había presentado la oportunidad hasta ahora.