Hola paisanos mios panameños, hoy les traigo un tema del que nunca antes había escrito y que trata sobre las letras de nuestra música típica.
Quiero empezar por el doble sentido como método para crear música por nuestros tipiqueros.
El doble sentido es una figura literaria en la que una frase puede ser entendida de dos maneras, usualmente como una forma de humor, y que históricamente nuestros tipiqueros han usado como gancho para venderse.
¿Pero qué tan beneficioso es utilizarla?
Lo es, siempre y cuando no raye en la vulgaridad y sepa manejarse de forma adecuada y sin golpear los principios de quienes consumen el típico.
Aunque la música vernácula es producto de la esencia del pueblo, ello no quiere decir que cantar frases vulgares, disfrazadas de doble sentido, sea lo correcto.
Considero que nuestros músicos están apelando muy frecuentemente a este recurso y no se preocupan por producir temas con buen contenido.
La música típica permite abordar muchos temas, pero los compositores se han quedado trabados en los tópicos del amor y el desamor.
Para sobreponerse a eso, deben explorar la vida de la personas y su entorno social, las cosas rutinarias, las pequeñas historias, pues es allí donde se pueden encontrar las grandes canciones.
Ejemplos claros de ello, por mencionar algunos son : La Yerbita, La Perra Candela, Dejen vivir al viejo y otras más que, sin mayores, son clásicos de nuestra música, en las que simplemente se cuentan pequeñas historias
Sé que las comparaciones son odiosas, pero es eso lo que han hecho nuestros vecinos colombianos, quienes aprendieron a contar grandes historias a través del vallenato.
Es cierto que 50 años atrás eran escasas, o casi nulas, las letras en nuestra música, pero hemos evolucionado y es necesario que quienes hacen letras, sepan que crear historias cantadas les puede traer grandes beneficios a quienes las escriben, las interpretan y al inquieto mundo del típico.