En ese momento, Velásquez actuó como lo haría cualquier policía enfrentándose a tres delincuentes que le estaban robando a un ciudadano chileno. Al darle la voz de alto, los delincuentes le soltaron plomo parejo, hiriéndolo en el rostro.
El proyectil entró por el lado izquierdo de su cara, destrozándole la mandíbula.
A pesar de su mortal herida, sometió a dos de los delincuentes y avisó por radio que un tercero huía a pie. La herida lo mantuvo 25 días en cuidados intensivos, pero gracias a Dios y al amor de su familia se recuperó.
Ese amor lo hizo superar tener que comunicarse con su esposa con cartelones, tomar sopa en carrizo, que le hicieron perder más de 40 libras.
Su vocación policial hicieron que ayer, el Gobierno de Chile le entregara por medio de su embajador en Panamá, Alberto Labbé Galilea, la orden Bernardo OHiggins, que se otorga a extranjeros destacados.