Según Arosemena, el despido se dio sin ningún tipo de justificación, sin embargo, lo que más le preocupa es que él es el sustento de su familia.
Según explicó, se le había prometido la restitución; sin embargo, han pasado cuatro quincenas y no ha cobrado ni un centavo, pues está fuera de planilla, por lo que no le quedó otra alternativa que encadenarse.
Arosemena, quien por meses ha laborado en el departamento de Control de Vectores, del Ministerio de Salud es también dirigente actual del movimiento de pacientes envenados con dietilenglycol, desde que conoció sobre la condición de su esposa hace cinco años.