No se descarta el hecho de que un niño presente problemas de bajo peso, pero es deber del nutricionista determinar la forma en la cual el niño subirá de peso. En este tipo de circunstancias, algunos familiares optan por darle todo tipo de alimentos al niño y no miden las consecuencias, un ejemplo de ello es el exceso de leche y la comida chatarra.
Una lonchera compuesta por dos paquetes de burundangas y una bebida con colorante y/o soda, puede llegar a tener cerca de 800 calorías, consumo que a diario resultaría en un total de 4,000 calorías a la semana.
Para evitar eso, Ayarza manifestó que es importante que al niño se les disfracen las frutas hasta que vaya tomándoles el gusto. Por ejemplo, pueden colocar frutas de colores, picadas con formas de animalitos. Otro ejemplo de un desayuno sano sería un emparedado.