Después de que este medio publicara la historia de Rolando, un niño que tiene parálisis severa, que le impide crecer y que además vive en extrema pobreza, fueron muchas las personas de buen corazón que llegaron a la redacción de DÍAaDÍA con el objetivo de dar su granito de arena. Y es que en la nota periodística publicada sobre este niño de cuatro años se describieron las precarias condiciones en que vive esta familia, que pasa constantemente ratos de hambre.
¡Mami, regalos, regalos!
Estas fueron las palabras de uno de los niños que reside en este hogar, después de ver que el cuarto vacío estaba lleno de cajetas de pañales desechables, comida enlatada, fórmulas, productos de limpiezas y hasta un colchón.
A la llegada a la humilde morada, la abuela y la madre de Rolando estaban atónitas de ver tantas bendiciones. En medio de su silencio, miraban con ternura al menor quien, a pesar de no ver ni hablar, trataba de deducir las voces de los presentes.
Lágrimas de asombro
Giselle Espinoza fue junto a su hija a dar las donaciones; sin embargo, al ver a Rolandito postrado en la cama en donde las moscas le tocaban la piel, no pudo contener el llanto.
Entre tanto, José Cedeño y Rolando Calderón, otros de los donantes, miraron cómo la dermis del menor de cuatro años estaba escaldada, debido al calor del sitio. A veces esta familia no tienen dinero para comprar pañales desechables y debe pasar todo el día con uno puesto. Adicional a esto, presenta un estado de desnutrición.
Otras personas mandaron ofrendas. Esta es la segunda donación que se hace, puesto que el domingo pasado la señora Gladys le donó ropa al niño y algunos víveres. Asimismo, miembros del Club Activo 20-30 fueron al sitio con el objetivo de evaluar al infante y saber qué tipo de cosas requería que se comprasen.
Al salir de la casa, los donadores mencionaron su compromiso en seguir ayudando a la familia Jiménez.