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No pierden las esperanzas
Jesús SimmonsLos quieren de vuelta.Al pie de la letra, Bolívar Chanis Villarreal, de 47 años, cumple el juramento que hizo ante el altar a su esposa Anabel Alcedo, de 29 años, de estar a su lado en las buenas y en las malas.Ella tiene cinco años de sufrir de depresión que le provocó el parto de su última hija.Lo que Bolívar más desea en la vida es que sus hijos vuelvan a casa, ya que desde que nacieron se encuentran en las Aldeas SOS de Llano Marín, Penonomé.Bolívar es consciente de que no puede atender a los niños, ya que cuida de su esposa enferma, y tampoco cuentan con los recursos para mantenerlos.Esta humilde pareja vive en una humilde casita que le construyó el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial (MIVIOT) en El Cortezo de Natá, Coclé.Lo que más desea este pobre hombre es un trabajo con el cual pueda mantener a su familia, porque la única entrada que tiene son unos cuantos pesos que le deja la limpieza de los lotes.Además, necesita con urgencia que le instalen la luz a la casita y un servicio higiénico, porque el que tienen es de hueco.Con el objetivo de que estas peticiones sean escuchadas, esta pareja viajó desde Natá a la ciudad capital pidiendo aventones a los camioneros para llegar a las instalaciones de DIAaDIA.En esa travesía durmieron en estaciones de gasolina y aguantaron hambre por más de un día.Después del sacrificio realizado volvieron a su casa con la esperanza de que alguien los ayude.
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