Carmen Guerra tiene un negocio comercial en el área y alega que debe soportar los malos olores de la basura que van a dar a su local, pues el carro que recoge los desperdicios tarda demasiado en pasar por las diferentes vías.
En cada una de las casetas donde se esperan los buses se pueden observar pataconcitos, que son lugares propicios para la proliferación de criaderos del mosquito transmisor del dengue y de ratas, expresó.
Los moradores manifestaron que en ocasiones hacen limpieza por diversos sectores del corregimiento, pero lo consideran injusto, porque deben pagar su tasa de aseo.