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Solos y esperanzados en la capital
Leynis CedeñoLleva dos años y tres meses hospitalizado.Olmedo Martín es un niño de la comunidad de Charagrí, en Bocas del Toro, y tiene una enfermedad en el hígado, que lo hace botar sangre por la nariz y la boca.Actualmente, este niño está internado en el Hospital del Niño, ya que fue traído en helicóptero desde el Hospital Materno Infantil José Domingo de Obaldía de David, Chiriquí.Su padre Henry Martín es el único que está cuidando al niño en el nosocomio, ya que la madre está en Bocas del Toro cuidando al resto de los hijos.Este padre está pasando muchas dificultades, porque entre su lengua ngöbe-buglé y el español se le hace muy difícil comunicarse.Aunque él no tiene dinero para pagar la hospitalización, lo más importante es que su hijo se recupere.Ayer al mediodía, Olmedo estaba solo y sentía frío.Estaba en silencio, pese a que es muy conversador.Solo preguntaba por su padre, ya que se fue a casa en Bocas del Toro a buscar ropa para ambos.Fue una señora quien le dio el dinero para poder realizar este viaje.Ella se motivó porque hace unos días, el señor Henry lavó su ropa en un área que le ofrece el hospital a los padres que vienen de lejos, y cuando fue a buscar sus piezas de vestir, se las habían hurtado.Este padre, debido a la dedicada labor que lleva cuidando a su hijo, tiene los pies hinchados y solicita ayuda.Él, en días pasados, manifestó a DIAaDIA que no conozco a nadie acá (en la capital), y no tengo dinero para comprar las cosas básicas para pasar los días en el hospital.Se conoció que este bocatoreño se alimenta de la comida que le ofrecen en el hospital.Durante la visita de DIAaDIA, Olmedito pidió un peluche para abrazarlo y una frazada para soportar el frío del hospital.Él quiere volver a encontrarse con su madre y hermanitos.Además, sueña con volver a ir a la escuela, ya que debido a su enfermedad, no ha podido asistir a las aulas de clases.Cuando sea grande quiere trabajar y ayudar a sus padres y hermanos que tanto necesitan.Es evidente que, a pesar de que solo tiene 11 años, tiene un gran corazón y una gran esperanza de encontrar un alivio a su mal.Ayer, en horas de la tarde, la tristeza abandonó su rostro para darle paso a una sonrisa: su padre había regresado.Olmedito aprovechó para preguntarle nuevamente cuándo se van a casa, una respuesta que evade su padre, al parecer se quedarán un largo tiempo en el hospital.
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